
La doble proteccion solar con cremas puede ser ventajosa en algunas afecciones de la piel de la cara. Conoce en este post en qué consiste y cómo aplicarla.
La doble protección solar es una estrategia avanzada para maximizar la defensa de la piel frente a la radiación ultravioleta (UV) y la luz visible. Consiste en aplicar dos tipos de fotoprotección: primero, un fotoprotector solar de amplio espectro y, posteriormente, otro fotoprotector complementario, generalmente con color, para reforzar la protección frente a la luz visible. Esta técnica permite combinar las cualidades de ambos productos para lograr una protección más completa y efectiva.
La doble protección solar implica la combinación de dos productos fotoprotectores con diferentes mecanismos de acción y beneficios cosméticos:
Primera capa:
Se aplica un fotoprotector de amplio espectro, generalmente de textura ligera y transparente, que proteja frente a la radiación ultravioleta B (UVB) y ultravioleta A (UVA). La legislación europea exige que los fotoprotectores que se etiquetan como de “amplio espectro” ofrezcan protección tanto frente a UVB como UVA. Sin embargo, la mayoría de estos productos no protegen eficazmente frente a la luz visible.
Segunda capa:
Sobre el fotoprotector de amplio espectro, se aplica un fotoprotector con color, que contenga óxido de hierro y dióxido de titanio. Estos ingredientes actúan como filtros físicos, reflejando y absorbiendo la luz visible, incluida la luz azul. Además, el fotoprotector con color mejora el acabado cosmético, proporcionando una apariencia uniforme y corrigiendo imperfecciones.
Aunque la radiación UV es la principal responsable del daño solar, la luz visible también puede inducir hiperpigmentación y daño cutáneo en ciertas condiciones:
En mi práctica clínica, recomiendo la doble protección solar especialmente en los siguientes casos:
Melasma y manchas faciales:
El melasma y las hiperpigmentaciones postinflamatorias se agravan con la exposición a la luz visible, por lo que añadir una protección específica frente a este espectro de luz es clave para mejorar y prevenir las manchas.
Enfermedades fotosensibles:
Enfermedades como el lupus eritematoso o la dermatomiositis pueden empeorar con la exposición a la luz visible, no solo a la radiación UV. La doble protección solar ayuda a minimizar los brotes y la inflamación cutánea.
Postprocedimientos dermatológicos:
Después de tratamientos con láser, peelings químicos o microneedling, la piel queda más reactiva y vulnerable a la radiación solar y la luz visible. La combinación de un fotoprotector de amplio espectro y un protector con color ayuda a reducir el riesgo de hiperpigmentación postinflamatoria y favorece una recuperación más rápida.
Los protectores solares etiquetados como de “amplio espectro” están diseñados para proteger frente a la radiación UVB y UVA, pero no frente a la luz visible.
Para bloquear la luz visible, es necesario utilizar filtros físicos o minerales, como el óxido de hierro y el dióxido de titanio:
La doble protección solar no solo ofrece un beneficio médico, sino también cosmético:
Para lograr una protección solar completa, la recomendación es:

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